sábado, agosto 06, 2005

de géneros, el diario

un diario que no obligue a ser diario y por donde escurrir el yo.
la confesión. la confesión del diario puede tener su valor, literario, pero no se puede apostar por ella para que se convierta en el valor. un diario con tales miras suena impostado. prefiero aquellos que hablan del dinero, de la vida. diaria. pero sobre todo prefiero los cuadernos de apuntes, de trabajo, esos carnets que tanto nos gustan.
la confesión ridícula es la más fácil de conseguir y por eso es tan peligroso el género. peligroso hasta para uso privado. el lector en el que te conviertes a las veinticuatro horas, tres meses o cinco años será más cruel que cualquiera. en un diario no se intenta la literatura. y los recuerdos los guarda mejor la memoria, se dulcifican, se emborronan. mejor así.
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