jueves, octubre 27, 2005

ristorante


una de mis escenas preferidas de el padrino es aquella en la que michael corleone comete su primer asesinato. siempre me gustó como salía al pacino del pequeño restaurante, con esa decisión propia de la primera vez, que puede no darse, pero que si se consigue es más rotunda que las mecánicas tercera, cuarta, quinta...
hace una semana, mientras salía del que fue durante quince días mi lugar de trabajo, justo mientras salía, me vi como el pequeño corleone, con ritmo presto, firme. acababa de exigirle al encargado que me pagase todo lo que me debía. él no lo aceptaba y tuve que insistir, demasiadas veces, hasta que abrió la caja registradora y completó mi sueldo. sin levantar la voz, sin amenazar, sólo con un mismo gesto y una misma letanía: págame lo que me debes.
cogí el dinero, me di la vuelta y sin mirar hacia detrás crucé otra etapa.
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