sábado, mayo 07, 2005

suecos en perú

un sueco, fotógrafo y periodista, llega en los años setenta a perú. allí conoce a daniel, que trabaja en un vertedero, con quien forjará amistad, y a su mujer e hija (de quien terminará siendo padrino). años después, en el 91, mikael wistrom vuelve con una foto de sandra en la mano para intentar localizarlos y de la experiencia saldrá the other shore, un documental que se considera la primera parte de compadre

compadre:
una cámara entre una familia humilde. un padre con una pierna inutilizada desde nacimiento que con su motocarro cubre alguna chapuza. una mujer, nati, que es quien sostiene a la familia con su trabajo de empleada doméstica. dos hijas mayores: sandra, que se dedica a la cerámica y que junto a su marido, un muchacho entusiasta, y su hijo, pretenden emigrar a brasil en busca de una mejor oportunidad; y judith, que vuelve a casa de sus padres al fracasar su matrimonio con alfredo. un hijo algo más que adolescente, muy reservado y que no llega a intervenir con su voz en la película, y otro niño, más pequeño, que se pasa la misma jugueteando con un conejo y un perro.
entre todos ellos, miguel, como le llaman, que pregunta e interviene. la distancia se resquebraja, mejor dicho, no se busca la distancia porque no es posible: está implicado y no lo oculta.




todos con su historia, pero me centro en una, la de judith. una chica que de hija pasó a ser mujer y que tras su ruptura vuelve a ser hija, pero que nunca es ella, algo de lo que es consciente. no sabe qué hacer con su vida, no quiere ser como su madre (nunca se vería con uniforme) y su hermana, pero asume que no podrá ser algo, sale a dejar currículos y comenta: hay dos mil delante de mi. quizás tuvo un sueño, la educaron lo suficiente para tenerlo, pero no tanto como para poder cumplirlo. su matrimonio tampoco fue la salida. frustrada. esa impresión me quedó, la de ver a una persona que no asume su realidad (como lo hace su madre) y sin valor ni apoyos para arriesgarse (como su hermana).

qué difícil es hacerse a la idea de que esa chica, que ha llegado a mi como personaje, de quien escribo y supongo, tiene su vida allí; qué será de su vida.
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